La escalera se empinó más allá del cielo, el hombre se cubrió de temor, no quiso mirar. Las piernas le temblaron, se arrodilló como suplicando perdón; una sombra enorme lo cubrió, lo invadió de pánico. Se levantó y los miembros inferiores le pesaban como dos columnas de acero, caminó lentamente, no miró a hacia atrás. La escalera se esfumó en la distancia, espero a que el hombre tomará la decisión de subir, pues era la única salida.