En la soledad de nuestro individualismo,
escapamos de nosotros, evadimos realidades;
en nuestro propio cubil habitamos,
alejados del dolor y de la angustia del otro.
…
Sin importar los sentimientos
nos apartamos entre las calles del barrio,
indiferentes nos cubrimos de abandono,
ocultos del sol alejados de la tristeza.
…
Habitamos la noche
cobijados por un manto de melancolía,
ahí en la noche, tu y yo,
somos silencio.