Camino en la ciudad para olvidarte,
camino por sus calles hasta el cansancio,
hasta el mismo agotamiento, hasta desfallecer,
pero, por más que lo intento sigues ahí pegada
a mi cerebro confundido.
Busco a través de las pinturas del museo
algún laberinto que me transporte
a otra dimensión a otro universo,
me sumerjo en arco iris de pinceladas
(en miles de colores navego),
buscando escusas y excusas para olvidarte,
evadiendo la realidad colmada de falsas ilusiones.
Aquí sentado al frente de una pintura de Guayasamín:
Busco tu sombra, no la encuentro,
al no quedar más, sigo mi camino como fugitivo,
huyo de mi propia cárcel… que soy yo en definitiva.