I
Con la mirada fija en el horizonte azul
Busco en mi interior el silencio
El instante preciso antes del origen de la palabra
Ese instante sagrado donde el silencio
Era el amo del universo —solo ese instante—
Ese pequeño momento coronado de soledades
De oscuridad— de la nada inundada de nada
El instante preciso me llega en este segundo.
II
Voces de niños traen el viento y las olas
Voces de mujeres tristes se escuchan en ellas
Voces de hombres encadenados como gemidos
Voces de un pueblo oprimido también
Voces de una nación sin voz con las olas llegan
El viento grita desesperado
Mientras las olas mudas golpean las rocas
El mar enmudece
En esta noche de luna llena
La luna no dice nada
No escucha:
Las voces de los niños
Las voces de las mujeres
Las voces de los hombres
Las voces de un pueblo
Las voces de una nación
La luna no escucha nada
El mar en silencio duerme.
III
En el silencio busco mi encuentro
En la soledad del camino abandonado
—yo— solo en la soledad busco
El silencio la gran verdad de la nada
En el horizonte azul —línea azul
El silencio de la soledad gobierna.
IV
Las olas se repiten hasta el infinito
Eterno vaivén del agua contra la roca
Roca que cambia de forma con el golpe de las olas
Romance sin fin entre la ola y la roca
Las olas van y vienen hasta el infinito
Nosotros caminamos por la playa
Mientras nuestras huellas desaparecen
La brisa acaricia nuestros cuerpos desnudos
Nuestras sombras se besan en la arena.
V
Solo callar para encontrar el silencio
Solo mirar el azul infinito del cielo y del mar
Solo escuchar el gemido de la ola contra la roca
Solo estremecerse con tanta belleza
Solo admirar con respeto una pequeña parte del universo
Solo conmigo mismo a la orilla del mar
Solo aquí de pie escuchando mi corazón
Solo —solo— con mis pies en la arena
Solo en silencio —escuchando el silencio—.