El dolor sostiene mis emociones, mis sentimientos y la memoria fallida, antes, desorientado me dejaba llevar por los caminos de la vida. Por innumerables senderos mis pies han transitado, todas las etapas de la existencia humana, por mi han cruzado; sólo me falta disfrutar de la ansiada vejez, esperando no pasar todo el momento, frente a un ajedrez. Tengo la edad equivalente o aproximada al tiempo, que ha durado la guerra en este país como un pasatiempo; desastres naturales que han impactado los recuerdos, desestabilizando las emociones de los hombres más cuerdos. He nadado en ríos de alcohol, hasta perder la razón, afectando los sentimientos, las emociones y el corazón, de aquellos que me han amado sin ninguna restricción, con ellos, he logrado salir adelante superando la adicción. A compañeros de la vida he despedido, se han marchado, dejando ellos un profundo vacío, que jamás será llenado. Otros que no han huido, con ellos hoy, no compartimos, sin recuerdos de aquellos lejanos instantes, olvidamos lo que fuimos. Con pequeños detalles la felicidad y la alegría me han cortejado, ver un partido de fútbol, leer un libro, caminar por el bosque he disfrutado; cogidos de la mano salir con mi esposa al mundo, todos los días, son detalles que conservo y no los cambio, esas imágenes son solo mías. Vivo el día a día como si fuera el último de mi vida, hoy no tengo segundas oportunidades, vivo el presente «solo por hoy», esa es mi realidad, no olvido el pasado, lección aprendida; al pasado no le tengo miedo, al futuro tampoco, disfruto de la vida… Jesús Rodríguez 09/08/2018
LA CASA DE GUADUA
CRÓNICA DE UN MOMENTO A TRAVÉS DE UNA FOTOGRAFÍA
Desde el encierro

La imagen que aparece sobre estas líneas es una fotografía que me gustaba mirar cuando abría el albúm familiar siendo un niño. La imagen fue tomada en el potrero que lindaba con la casa, se observa la cerca de guadua que separaba la propiedad del vecindario. Con el sol del atardecer aparecemos con mi hermana Aurora, ella estaba pequeñita en el instante de la toma fotográfica, yo un año y medio más grande.
1969, un año de avances para la humanidad con el hombre conquistando la luna, Neil Armstrong colocaba el pie sobre la superficie lunar logro alcanzado con la mítica nave Apolo 11. Se dieron avances tecnológicos en diversos campos, es así que, en este año nace el Internet. A partir del 15 de agosto en las cercanías de la población de Woodstock se reunía medio millón de personas para celebrar la libertad, el sexo, las drogas y el rock-and-roll durante cuatro días al lado de Jimi Hendrix y otros. Protestas con marchas en contra de la guerra en Vietnam en diferentes ciudades; ese mismo año aparece la histórica serie de la televisión infantil Plaza Sésamo. El 9 de febrero un día antes del nacimiento de mi hermana se realizó el primer vuelo de un Boeing 747. El país era gobernado por el Presidente Carlos Lleras Restrepo que representaba al partido liberal, estaba a un año de terminar su mandato y como Alcaldes de Bogotá terminaba su período de gobierno Virgilio Barco Vargas y comenzaba Emilio Urrea Delgado, alcaldes de una ciudad que comenzaba avanzar en un lento progreso, aún por sus calles transitaban hombres de ruana y sombrero, otros de vestido y corbata. En el fútbol colombiano ese año se coronaba campeón el Deportivo Cali y el subcampeón el América de Cali. En la música del mundo se escuchaba Hey Jude Revolution, The Beatles. El rock musical estaba transformando la sociedad burguesa bogotana, se imponía el Rock Psicodélico con un sonido complejo, con cambios de ritmo, tonalidades, de tiempos, era la música de moda en el sector de Chapinero, aunque había una lucha entre diferentes géneros musicales por imponer la moda en la fría capital. En el arte colombiano de esta época se asomaban aires de modernidad expresado a través de las obras de Fernando Botero, Alejandro Obregón, Carlos Granada, Enrique Grau, entre otros, en la fotografía se posesionaba Hernán Díaz, en la escultura Eduardo Rámirez Villamizar y Edgar Negret. En la literatura latinoaméricana el escritor peruano Mario Vargas Llosa publicaba Conversación en la cátedral. El escritor cubano Reinaldo Arenas publicaba su segunda novela y una de las más conocidas El mundo alucinante, donde se narra la historia de un fraile mexicano perseguido y desterrado. Mario Puzo, el escritor estadounidense de descendencia italiana publicaba su célebre obra El padrino, por primera vez una novela es protagonizada por la mafia. En mundo literario fallecé el escritor venezolano Rómulo Gallegos a los 85 años recordado por su novela Doña Bárbara. En Bogotá fallecía el 10 de mayo el escritor, poeta y periodista Jorge Zalámea que había nacido en 1905, una de sus obras representativas El sueño de las escalinatas, con relación a la poesía pensaba: El poema es la voz universal (porque es la de todos) que denuncia la miseria impuesta y reclama los derechos usurpados; por eso un poema que sucede en la India, sucede en cualquier parte del mundo, decía.
Esta fotografía con mi hermana Aurora es un hermoso recuerdo de ese comenzar a la vida, en ese instante que la cámara fotográfica capturó la luz o como dirían otros «nos robo el alma», éramos inconscientes de todo lo que sucedía a nuestro alrededor, de seguro, lo más cercano era el amor de mamá, en lo demás no participábamos de forma directa, aunque, esos cambios y esos sucesos ocurridos por aquella época hoy nos afectan directamente y hacen parte de nuestra vida diaria. Mi hermana o mis dos hermanas, Blanca Lilia no había nacido, son mi sorpote emocional y han sido un apoyo en los momentos más dificiles de mi vida, incluído mi período alcohólico que duró veinte años. Nuestra comunicación siempre ha sido desde la comprensión y el respeto, hoy que la pandemia ha afectado a gran parte de la humanidad nuestra relación es más fuerte y solidaria. Mamá tampoco aparece en la fotografía pero ella es un motor vital para seguir creyendo en la vida, hoy más que nunca, en tiempos de crisis.
Hemos tenido que despedir durante nuestra vida a seres queridos que por su edad habían cumplido con su tarea y me refiero a mis cuatro abuelos, cuatro seres diferentes pero, que me aportaron a través de sus historias imaginación y creatividad, tuvimos que despedir con tristeza a la tía Elvia nuestro soporte en tiempos de hambre y abandono. Otros familiares cercanos se han marchado por diferentes circunstancias, y que por su lejanía, el dolor de despedirlos fue soportable.
Para terminar, deseo compartir un fragmento de uno de mis últimos relatos titulado Esos pequeños seres, líneas que evocan la imagen que ilustra esta crónica:
«La casa se quedó en la montaña, abrigo y protección de mi madre y mis hermanas, casa vestida de noches y de días de recuerdos de risas y dolores, su tejado de estrellas y de flores, en su patio nace todos los días un lluvioso arco iris. La mujer morena y alta que su cabeza llegaba al cielo, hoy es una mujer de setenta y cinco años con nietos y biznietos; bajita, morenita y en su taller una máquina de coser con la que cose sus propios recuerdos.»
JESÚS ALFREDO RODRÍGUEZ TORRES
BOGOTÁ, D.C., AGOSTO 8 DE 2020
Dossier: Textos en verso 3ª Parte
Dossier: Textos en verso 2ª Parte
Segunda parte del Dossier: Textos en verso, poemas léidos por el autor.
Dossier: Textos en verso 1ª Parte
Vídeo con la primera parte de poemas leídos en voz de su autor, son un conjunto de tres vídeos que recogen la poesía de Jesús Rodríguez en una colección titulada, Dossier: Textos en verso.
Arte poética
Poesía, voz de la espiritualidad. Papel blanco donde se graba la vida. Humanidad vestida de palabra, a través de ella nombramos las cosas. Otro significado damos a la libertad. La poesía nos libera de cadenas. Las palabras abren camino, muestran el sentido. En búsqueda de la frontera del silencio en los límites del yo desnudo, solitario, de la totalidad, de la vida, del amor, —aunque nunca se halle. La poesía se convierte en bálsamo, catarsis que inunda al corazón en plenitud. Poesía, no da respuesta a la incertidumbre en que se ha convertido la vida, transforma el misterio en preguntas. Renombrar el mundo con significados, imaginación, ritmo, música y canciones. Liberar del espejismo, la casa agitada en que hemos convertido la palabra. Renacer de versos de trascendencia universal. Alma del poeta que nocturno escribe, sonreirá.

El silencio de la cueva
El silencio de la cueva
“En las paredes de esta cueva pinto el venado…” José Emilio Pacheco, Prehistoria
En ella —me encuentro, refugio de mi cuerpo. En ella me pierdo, un mundo de fantasmas. Cubierto por un manto de estrellas sin luz, escribo en un cuaderno un canto —puede ser. Refugio de mis penas, oculto al mundo, es el único lugar: ahí, es libre mi mente. En ella —me reconcilio con las sombras del pasado.

Invocaciones
Invocación para no sentir dolor Causado por la soledad Eres mágica y eterna ven —a mí esta noche, —te prefiero a ti, —solo tú puedes sanar el dolor de la soledad, ven —a mí esta noche, —te prefiero a ti luna mágica y eterna. Invocación para acabar Con la pobreza Amado poder oculto a los ojos. Tu fuerza es única solo tu puedes contra los monstruos, contra la tiranía, contra la corrupción que le quita el bocado de comida a los pobres, que le quita el techo a los más necesitados. Amado poder solo tu puedes contra los tiranos vestidos de gobernantes. ––Aunque–– nos quede luchar como única esperanza. Te esperamos en exilio ––mientras las sombras nos habiten.

Viejo lápiz amarillo
Viejo lápiz amarillo No recuerdo el día el que llegaste a mis manos —de eso—, hace algún tiempo. Tu mina de grafito ha dibujado cientos de letras, muchas de ellas, se han borrado. No sé en qué momento te fuiste haciendo chico. Mis dientes como tatuajes han marcado tu piel amarilla, sin piedad te mordí, desfiguré tu cuerpo de madera —en esos momentos olvidados de ansiedad—. Acabé sin piedad tu hermoso sombrero rojo y tu cuello de metal desfigurado está. Bailaste entre mis dedos, viajaste colgado de mi oreja. En algún momento te amé con intensidad. Te digo adiós— te arrojo al bote de basura sin ninguna consideración. Sobre la mesa —espera… un nuevo lápiz amarillo.

El escorpión del loco
El escorpión del loco ODA A RENÉ HIGUITA Arquero de la selección de balompié de Colombia, sus jugadas de locura nos hicieron felices y desgraciados. Higuita ––fuera del arco–– sigiloso, vigilante, loco. Miró venir la pelota. Minuto veintiuno de la primera parte. Partido de fútbol amistoso entre Inglaterra y Colombia. Una pelota que parecía inofensiva, él, se ubicó en posición de guardia. Seis de septiembre del noventa y cinco. Retrocedió unos pasos y sin perder la pelota de vista, su cuerpo empezó a estirarse, en el aire se arqueó desafiante, como imitando al salvaje alacrán que levanta su temible cola para defenderse del ataque mortal. Dejó pasar el balón por encima de su cuerpo para recibirlo con su poderoso aguijón: Los taches de la suela de sus sagrados guayos. Así despejó la pelota ante el estupor de los jugadores y la algarabía furiosa del público. Se levantó impávido percatándose de su locura: Acababa de hacer “El Escorpión”. Una de las jugadas de fútbol más hermosas de la historia. Jugada que jamás se olvidará, como al espectacular “loco Higuita”.
Nota: Oda basada en un artículo del Periódico El Tiempo Digital Por Pablo Romero, 05 de septiembre 2015
